De
niños y de cigüeñas
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Considerados
por muchas generaciones como "gente menuda", desde "niños"
hasta "locos bajitos", pasando por "changos", "gurises"
y "purretes" el espectro de epítetos para referirse
a ellos es inagotable, especialmente si ahondamos en el lenguaje popular.
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Qué va
a ser de ti... Cada niño en gestación es un futuro que se gesta, una esperanza que se espera, un sueño que se sueña. ¿Qué será de nuestro hijo en el devenir de la historia?, nos preguntamos alguna vez, viendo crecer la panza redonda de terciopelo y miel. El niño ha sido desde siempre protagonista en la historia toda vez que de Adán y Eva, se supone, fueron niños. A nadie se le ocurriría pensar que Dios los creó ya grandecitos, adultos, privándolos del mejor momento de la vida cual es la infancia. A Moisés lo salvó de las aguas siendo un recién nacido, le dio larga vida y la gran misión de guiar a su pueblo a la tierra prometida, pero le vedó a él mismo la posibilidad de arribar a destino siendo anciano y centenario. Niños
cantores Éstos y aquéllos, los chicos son el desvelo de todo padre que se precie de tal. Somos capaces de recorrer junto a ellos el mundo en bicicleta y de velar una noche de fiebre y paños sobre la frente. Y todo porque ellos son el misterioso fruto del amor. Cigüeñas
y matronas Cuentan los memoriosos que con el advenimiento de la televisión, cincuenta años atrás, el número de nacimientos había mermado notablemente, sin que mediara otra explicación que el simple cambio de conductas maritales: a mayor tiempo frente a la tele, menor tiempo en la cama... Pero hoy, en la era del video y la tevé por cable y satelital, habrá que buscarle otra explicación al asunto. Será, tal vez, que las cigüeñas tienen más antenas y cables donde posarse a la hora de depositar el bulto que traen suspendido de su largo pico... |
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