Buen
tipo, ese Papá Noel
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¿Existe
Papá Noel? El culto a san Nicolás se difundió en Europa cuando sus presuntas reliquias fueron llevadas de Mira y colocadas, el 9 de mayo de 1087, en la catedral de Bari, en Italia, para evitar que fueran profanadas por los turcos. En la Leyenda Áurea se lee: "Nicolás nació de ricas y santas personas. Cuando lo bañaron el primer día, se paró solito en la tina...". Ya más grandecito "rehusaba las diversiones y las vanidades y frecuentaba la iglesia". (La Leyenda Áurea o Leyenda Dorada es una compilación de relatos hagiográficos reunida por Santiago de la Vorágine, arzobispo de Génova, a mediados del siglo XIII). Al perder
a sus padres un tío suyo, que era obispo de Mira, lo ayudó
a que se ordenara sacerdote. Pero como aquella vida tampoco le llenaba,
decidió abandonar el mundo y se retiró a la Tebaida. Elevado
a la dignidad episcopal tras la muerte de su tío, el santo pastor
se dedicó a su grey distinguiéndose sobre todo por su
gran caridad, cuando se dio cuenta de que los bienes de esta tierra
no hacen la felicidad y se dedicó a ayudar a todos los necesitados
con la fortuna que había heredado de su familia. Los
nombres del mito Alrededor de 1624 los inmigrantes holandeses fundaron la ciudad de Nueva Amsterdam -más tarde llamada Nueva York- y llevaron consigo sus costumbres y sus mitos, entre ellos el de "Sinterklaas", su patrono (cuya festividad se celebra en Holanda entre el 5 y el 6 de diciembre, en curiosa coincidencia con la fiesta católica de san Nicolás). En 1809 Washington Irving escribió una sátira, Historia de Nueva York, en la que deformó a "Sinterklaas" en "Santa Claus". Clement Clarke Moore, catorce años más tarde, publicó un poema donde alude a un Santa Claus enano y delgado como un duende, pero que regalaba juguetes a los niños en víspera de Navidad y que se transporta en un trineo tirado por renos. Recién en 1863 Papá Noel recibió la actual fisonomía de obeso barbudo y bonachón que más se le conoce, creación del dibujante alemán Thomas Nast, quien diseñó este personaje para sus tiras navideñas en el semanario Harper's Weekly. Allí adquirió su atuendo, posiblemente inspirado en el de los obispos de antaño. Pero para entonces, ya poco quedaba del santo de Mira en el personaje del mito. Y ni hablemos del significado religioso de la fecha. |
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Papá Noel refresca mejor Ya en el siglo XX, en 1931, la Coca-Cola Company encargó al pintor Habdon Sundblom que "aggiornara" la figura papanoelina para hacerla más humana y creíble. Sin embargo, nada tendría que ver el color rojo de la multinacional con el de las ropas de Noel, dado que era indistinto que el personaje apareciera ataviado de verde o de rojo. Si embargo, sí es cierto que con el tiempo la publicidad de la gaseosa contribuyó a la popularización de esos colores y del mito mismo. Hay muchas ilustraciones anteriores en las que es común el color rojo y blanco de la vestimenta de Nicolás, si bien es cierto que desde mediados de 1800 hasta principios de 1900 no hubo una asignación concreta al color de Papá Noel. Más allá de todo refresco y de toda disquisición, genera curiosidad saber que en Chile es llamado "Viejito Pascuero", en Venezuela es pronunciado como "Santa Clos", en osta Rica lo llaman "Colacho", en Alemania es "Nikolaus" o "Weihnachtsmann" ("hombre de navidad"), en Finlandia "Joulupukki", en Hungría "Télapó", y sigue la lista. |
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Puesta
en escena La celosía del primer piso era una posición de privilegio para ver todo lo que sucedía allí abajo. Era la visión recortada de una aldea aguardando algo de lo alto, que en este caso debía encarnar uno mismo. Susana Pietrángeli agitaba sus cascabeles al ritmo de villancicos con la misma alegría y pasión con que lo hacía en su época de maestra de quien ahora hacía de Papá Noel. Y Fito Paunero compartiendo la trastienda, marcando el tiempo de cargar las bolsas con todos los regalos y bajar la escalera para aparecer entre la multitud. Eran cientos de ojitos encendidos como luciérnagas que brillaban en la penumbra del parque. Y entre pedidos de regalos, una vocecita con mirada inquisidora ametralló el alma del gordo de rojo y borceguíes un tanto "heavy": "Vos no sos papá Noel; vos sos el de la Estación de Servicio". "Cerrá el pico o en tu casa no te dejo ningún regalo", le dijo el émulo de Noel, y se perdió entre la multitud enana. Dar
la cara En muchos padres pudo adivinarse la nostalgia de una infancia lejana. La expresión de otros delataba el recuerdo de tantas navidades pasadas en esa misma casa en los tiempos en que pertenecía a los Quintana. Y Papá Noel saludó otra vez, acarició y besó nenes, y se fue custodiado otra vez por Fito para quien por su bondad y su servicialidad, todo el año es Navidad. Terminada la función, había llegado el momento de sacarse la careta y ser uno más de los padres. Y ahí se acabó la magia y siguió la fiesta. El cronista abrió el bolso, guardó su disfraz de tela roja, y con cuidado, enrolló junto con él el secreto de la ficción y la sensación de que ese día, el purrete que fue alguna vez no pudo tocar ni abrazar a Papá Noel, como todos los demás. |
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