Conversaciones
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"Vamos
que venimos"
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- Tenés
una manera muy particular de contar las cosas; siempre hay un rasgo
de humor... - ¿De
chica eras así? - Y por ese
entonces, ¿qué respondías a la pregunta de "cuando
seas grande"? - ¿Hoy
no te arrepentís? - En lugar de
Derecho, ¿qué hubieras estudiado? - ¿Alguna
preferencia? Y ya que la charla vuelve a tocarse con el arte, vayamos al quid de la entrevista. Catávolo tiene a flor de labios, casi como una muletilla, la frase "vamos que venimos", un giro que pertenece a la jerga televisiva y que indica que la salida al aire es inminente. Gabriela tomó esa frase que le escuchó al actor Jorge Sassi durante la emisión de uno de los programas de Tato Bores. "Mi viejo era amigo personal de Bores, de Mauricio, como lo llamaba él (Mauricio Borensztein eran el nombre y el apellido del actor). Porque coincidentemente eran vecinos tanto en Buenos Aires como en San Isidro. Tato tenía un departamento en la calle Arenales y un fin de semana en el Boating Club de San Isidro. Y mi viejo vivía en el Boating y en el mismo edificio de la calle Arenales tenía un departamento donde se quedaba a dormir algunos días en que terminaba tarde el trabajo. Coincidieron las vecindades y se hicieron amigos", introduce Catávolo en el tema. "Más o menos por el año '88/'89 voy al canal con mi viejo, porque en un tiempo se había metido a producir algunas secciones del programa, que a veces salía grabado y a veces en vivo". -¿Ese
día iba en vivo? La frase quedó grabada no sólo en el recuerdo de Gabriela, sino que adquirió para ella el poder cuasi mágico de dar coraje, de levantar el ánimo del más deprimido, de sobreponerse a la mayor adversidad porque hay que seguir hacia delante. Y tal vez sea así
porque estar entre bambalinas en un programa de uno de los mayores cómicos
que han dado la televisión, la radio y el teatro argentinos la
hizo sentir muy cerca de su vocación nunca descubierta: "Me
hubiera encantado subirme a un escenario por el pancho y la Coca, o
por nada. Dibujo por amor al arte, escribo por amor al arte, pinto por
amor al arte. Me hace bien a mí y lo hago por mí, por
eso no lo muestro. Es catártico", reflexiona Catávolo,
y bromea entre la similitud de aquella palabra y su apellido. |
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