Conversaciones
"Urdániz,
el almacenero de la Estancia"


Mabel Urdániz de Pais tuvo dos abuelos para la historia:
uno fue de los primeros comerciantes de City Bell; el otro, el primer policía.


Mabel Amelia Urdániz sabe que la gran historia se escribe con la suma de las pequeñas historias. Sabe también que nadie es prescindible en el devenir diario de un pueblo y que su abuelo, Santiago Urdániz, tuvo el importantísimo papel de almacenero en una comunidad que, cuando él llegó, tenía apenas siete años de fundada.

Santiago y Teresa
"Don Santiago Urdániz, nacido en España en el año 1888, llegó a Buenos Aires en 1906. En 1913 se une en matrimonio con Teresa Aguirre, también nacida en Santander (España). Dicha unión se realiza en la iglesia de San Carlos del barrio de Almagro", adelanta, por escrito, Mabel.

El cronista conoció a Mabel y su esposo, Roberto Pais, en la caminata que organizó DNI-City Bell por el aniversario de la fundación del pueblo y no podía creer que entre los "tesoros" que ese matrimonio se disponía a compartir, había hasta facturas de venta de los años '30 del almacén "Los Vascos", el que estaba en la esquina de Centenario y 15, con el 2 como número telefónico. El mismo almacén que alguna vez había mencionado Lorna Bell al evocar sus años de niñez en la Estancia Grande, al relatar que hasta allí tenían permiso con sus hermanos para salir con los caballos y comprar una golosina. Muy posiblemente, entonces, Santiago Urdaniz haya sido uno de los principales proveedores domésticos en los últimos años de la estancia de los Bell.

Coincidencias o no, don Santiago y doña Teresa tendrían a Francisco, su primer hijo, en 1914, el mismo año de la fundación del pueblo en el que acabarían haciendo historia.

En City Bell
Continúa Mabel: "En 1921, cuando Francisco contaba con siete años, el grupo familiar se mudó a la flamante localidad de City Bell y se instaló en la calle 15 y Labougle (actualmente camino Centenario). Aquí nace la segunda hija: Nilda".

"Aquí volvieron a abrir otro comercio: almacén 'Los Vascos' - comestibles, despacho de bebidas y artículos rurales en general".

El almacén de don Santiago vino a sumarse a la oferta comercial local, que ya desde el mismísimo 1914 contaba con la pulpería y almacén de Trinidad, Fernández y Platero, en la esquina de Cantilo y 6.

Eran tiempos con muy pocas construcciones. City Bell era campo. "Se llegaba a las estancias cercanas a caballo y mediante ese medio de transporte realizaban el reparto de los pedidos del comercio", sigue diciendo Mabel, apoyada en los relatos de su padre y de su abuelo.

El edificio de Los Vascos todavía se mantiene en pie, aunque con ampliaciones y modificaciones. Hacia los años '60, cuando ya los Urdaniz habían vendido el almacén, fue propiedad de la familia Merlo, y escenario de una de las grandes novedades para el paladar local: la gente hacía cola en "El pollo dorado", ante esa novedad que posiblemente fuera el primer spiedo que hubo en City Bell.

Mabel y Roberto recibieron a este periodista en su hogar de Los Hornos y agregaron detalles a la historia que habían plasmado sobre el papel. Los Urdaniz vivieron primero en el edificio donde funcionaba el almacén, y luego le alquilaron a Alberto Zambano la casa de 8 entre Pellegrini y 15, de la cual ya se había mudado la Escuela 12 a su actual emplazamiento.

Recuerda que en el barrio había varias familias de origen inglés, pertenecientes a directivos de los frigoríficos de Berisso. "En frente de mi casa estaban los Campbell - dice- y cerquita también vivían los Sutton, aunque llegaron después y no tenían nada que ver con los frigoríficos", señala.

¿Cómo era don Santiago?
"Santiago Urdániz, mi abuelo, era muy tranquilo, paciente, jugaba a las cartas con nosotros; mi papá también era así", evoca. Y agrega que "fue Revisor de Cuentas de la primera Comisión Directiva del Club Atlético (en 1926, año de su fundación). Y en la misma institución, durante la presidencia de don Carlos Chidíchimo en la década del '70 mi padre, Francisco, actuó como Tesorero. También llevó la contabilidad del corralón de Valenti Hermanos, ubicado en Jorge Bell entre Cantilo y 13".

El otro abuelo
Pero los "próceres" locales no se acaban en la rama paterna para Mabel Urdaniz.
"Mi madre, Amelia Dionisia Arena, nació en la localidad de Magdalena en el año 1916 y llegó a City Bell con su grupo familiar en 1931, cuando contaba con 15 años. Su padre, Mauricio Serapio Arena, fue el primer policía que tuvo City Bell".

Al parecer, don Mauricio hacía más gala del carácter bonachón de su condición de abuelo que de la estrictez esperable de un policía. "Una vez publicaron que era muy estricto con la crianza de sus hijas mujeres, que les ponía horarios de visitas para los novios y siempre con alguien presente sentado entre los dos. Y no era así: era muy bueno, cálido, tierno", lo defiende la nieta.

La primera casa del policía Arena se ubicaba en 15 casi Sarmiento. Junto a su esposa, Natividad Llanos, criaron a siete hijos.

Mabel termina así la pintura familiar: "Amelia y Francisco, mis padres, se conocieron y casaron en City Bell en el año 1937. De dicha unión nacimos Roberto -en noviembre de 1939, quien vivió, se casó y falleció en City Bell- y yo, Mabel Amelia, también nacida en esta localidad en julio de 1946. En 1974 contraje matrimonio con Roberto Pais y fijé mi residencia en la localidad de Los Hornos. Son nietos de Amelia y Francisco: Sergio y Javier Urdániz y Juan Pablo y María Cecilia Pais".

"Roberto y yo cursamos nuestros estudios primarios en la Escuela N° 12 de City Bell. Mi madre, Amelia, a sus 92 años, en el año 2008 fue nombrada Madrina del 37° Festival de Folklore del Club Atlético, acontecimiento que fue un orgullo para mi familia y enriquecimiento de su alma. Francisco falleció en agosto de 2002 y su esposa Amelia, a los 94 años en diciembre de 2010 ".


Nieta. Mabel Urdániz y su esposo, Roberto Pais.
Y agrega una pincelada final: "Quisiera que esta parte de la historia de mis abuelos y padres quedara plasmada en alguna de las tantas historias de Mi Querido City Bell".