Réquiem
para Luis
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Hay
quien dice que los artistas no mueren. Simplemente, se van de gira. Es
que los humanos buscamos la manera de engañarnos, de decir que
no es cierto lo que no queremos que sea. El Maestro Luis Enrique Büchele
no se fue a ningún lado. Está en cada rincón de nuestro
City Bell. Y del suyo.
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Parte
de la historia del pueblo por portación de apellido (Büchele
por parte de padre -¿qué aclaración cabe?-, Williman
por parte de su mamá María del Carmen -familia también
antigua de la comarca-), es impensable su ausencia Pero a la estirpe pionera de la familia, Luis le puso su toque personal: será recordado por muchos por ser el fundador de innúmeros coros de City Bell y alrededores. Y no es menor el dato de que haya superado el cuarto de siglo al frente del Coral Encuentro, una especie de usina de amigos y artistas que uno pudo, en más de una ocasión, disfrutar tanto por su arte como por su contagioso espíritu comunitario. Luis, el de las caras "locas" que trasuntaban la pureza y la alegría que habitaban su interior. Luis, el que le jugó una cabriola a la tradición familiar y no llevó el nombre de su papá, de su abuelo y de su bisabuelo, y entonces no portó el nombre "Tobías", que sí recayó en su hijo. Que la
batuta que hay en él siga guiando nuestro canto del día
a día. Gracias maestro, gracias Luis. Y sí, aun que te
sepamos en cada esquina citybellina, te vamos a extrañar. El
respetuoso abrazo que se merecen los grandes. Por siempre.
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