Pensamiento

Un nuevo sitio


Paradojas de la civilización, lo que debería ser una buena noticia nos está incomodando. La noticia de que unas cuatrocientas nuevas viviendas serán construidas para paliar el déficit habitacional cayó como balde de agua fría entre nosotros al saberse el emplazamiento del nuevo complejo de casas.

Con una resistencia social propia de la que generan los cambios, la primera reacción fue un "no" al nuevo barrio. Después, vinieron los porqués.

Pudimos recoger opiniones variadas respecto de la noticia; las que apoyan el proyecto y las que se oponen. Y entre éstas, un abanico también variopinto de razones.

City Bell tiene un déficit de viviendas manifiesto toda vez que hay barrios con casas precarias en uno y en otro rumbo. Nuestra primera reflexión fue, entonces, que si esas nuevas viviendas van a dar cabida a quienes hoy viven precariamente en zonas del barrio Savoia, del Santa Ana, de las inmediaciones del club Estudiantes, por dar sólo unos pocos ejemplos, bienvenidas sean. Si no, no vemos la necesidad de aumentar la población de un distrito que ha de superar los 80.000 habitantes con una infraestructura de servicios que lleva unas tres décadas sin mejoras.

En el supuesto de que así fuera, habría que preguntarse si no hay un lugar mejor, dentro de los límites de City Bell, donde afincar a esas cuatrocientas familias con todos los servicios que se merecen. Por caso, se ha dicho con fundamento técnico que la zona elegida hasta el momento (los fondos de la guarnición militar) no permitiría la construcción de cloacas por una cuestión de cotas y alturas.

Sumemos a ello la provisión de agua corriente, de electricidad, la atención médica y educacional. City Bell cuenta con un solo establecimiento sanitario con internación que, no solamente es privado sino que, según informaciones, cuenta por el momento con sólo doce camas para ese fin.

Son preguntas en voz alta acerca de pensamientos personales sobre una custión comunitaria. Como se verá, no se trata de una oposición al proyecto del Gobierno nacional; ni siquiera un cuestionamiento, sino preguntas que buscan una respuesta, un "pensemos entre todos" sobre un tema que nos ocupa en común.

Podríamos agregar aquí dos aspectos acerca de los que poco se conoce: el destino al que por ley estarían atadas las tierras que fueran de la Estancia Grande, y la protección bajo la que fueron puestas desde el punto de vista ecológico.

City Bell como comunidad se encamina a su primer centenario de vida. Vecinos y autoridades estamos llamados a poner a prueba su madurez. "Un nuevo sitio disponed, para un amigo más. Un poquitito os estrechéis y se podrá sentar", decía una canción que se canturreaba unos treinta años atrás. Tal vez, entonces, si buscamos un nuevo emplazamiento para nuevas viviendas donde vivan vecinos que hoy viven mal, habríamos dado un paso más hacia un merecido centenario del pueblo. Y todos estaríamos más cómodos.

Mayo 2013