Pensamiento

La flecha no siempre
apunta hacia el progreso


Para muchos no resulta fácil adaptarse a un City Bell con cada día más arterias con mano y contramano. No pocos reclaman aquel bucólico pueblo de calles polvorientas y tranquilas. Hay gente que añora aquella tranquilidad y pretende volver a un City Bell que ya no es.

Sin dudas que vivimos tiempos que traen cambios que llegaron para instalarse definitivamente entre nosotros, y oponerse a rajatabla a ellos sería equivalente a que los primeros pobladores hubiesen rechazado la instalación de nuevas lámparas de alumbrado público más allá de las 27 originales. "Al que quiere celeste, que le cueste" dice el refrán, y entonces hay que admitir que toda mejora, todo "progreso", tiene su precio.

Claro que hay que procurar que ese costo sea el menor posible. Nunca un cambio debe hacerse escuchando una sola campana ni ignorando los antecedentes sobre el tema.

Hacia 1981 un grupo de funcionarios municipales decidió que la avenida Cantilo debía dejar de ser doble mano para convertirse en mano única desde el camino Centenario hacia el Belgrano. Por ese entonces, el mensuario local Comienzos recogía la opinión de no pocos propietarios de comercios ubicados en cercanías de éste último: a todos los unía la preocupación que generaba la escasa afluencia de automóviles que llegaba hasta esa zona. En su mayoría, el consumidor hacía sus compras antes de la plaza Belgrano, y no seguía luego por Cantilo.

"El tiempo dirá", se dijo por entonces, y el tiempo dijo. Al cabo de pocos meses se volvió a modificar el diagrama y la principal arteria de City Bell pasó a tener un sentido de circulación desde ambas rutas hacia la mencionada plaza, y todos felices.

Por supuesto que el resultado no necesariamente sería el mismo dado el tiempo transcurrido. Hoy las condiciones son otras y puede ser que los cambios no vuelvan a empantanarse en el fracaso. Como entonces, "el tiempo dirá".

Sin embargo, y atendiendo a los motivos por los cuales se ha implementado este nuevo/viejo cambio sobre el sentido de circulación de Cantilo -extender el centro comercial- nos surge el interrogante de si no se hace necesaria una remodelación integral de las veredas, tal como se hizo oportunamente en el tramo céntrico. Buenas veredas, canteros y bancos, ¿no son una invitación para que el transeúnte se aventure a caminar más allá de la zona comercial? ¿No sería ésta una manera natural de que la gente atraiga al comercio, y no al revés, que el comerciante invierta en un local en barrios a los que todavía el potencial cliente no se siente atraído?

Disfrutamos de un City Bell con un centro comercial claramente delimitado y ordenado. Pero reivindicaremos por siempre la condición residencial de esta comarca y la igualdad de derechos de todos y cada uno de sus habitantes y sus visitantes. La igualdad no la hace una flecha en un indicador de calles, sino la inversión por parte del Estado en materia de infraestructura. Y eso es lo que está haciendo falta, independientemente de para qué lado circulen los automóviles.

(Febrero 2012)