Pensamiento

Nuevecito, el Año Nuevo


Parece un empeño de la Providencia, una acuarela costumbrista de la Patria posmoderna, esto de previvir una Navidad tachonada de fuego y de sangre. Los hechos noticiosos que arrancaron con la toma del Parque Indoamericano en Villa Soldatti y prosiguieron con -al momento de escribir este Pensamiento- siete ocupaciones más, evocaron aquellos tristes momentos de un diciembre de 2001 desbordado por una ola de saqueos a supermercados y comercios varios. Hubo por entonces veintisiete muertos y más de dos mil heridos, la renuncia del Presidente y un sinsabor amargo que perdura en la retina del alma nacional.

Sin embargo, nos esmeramos en desear felicidades, en creer que el año que viene será mejor que el que nos deja, que en el corazón de cada uno nace nuevamente Dios y que, como todos y cada uno de los años, nuevamente es Navidad.

Cada nuevo año se despliega ante nosotros como un cuaderno nuevo. Como una hoja de papel limpia, blanca, impecable e inmaculada, sin una sola arruga, como desafiándonos a que la engalanemos sin estropearla.

¿Qué escribiremos en cada una de las hojas de este nuevecito 2011? ¿Con qué dibujos y colores lo embelleceremos día tras día?

Anhelamos un 2011 para compartir, para escribir juntos nuevas páginas de la historia. Un 2011 para construirlo en solidaridad. Nos sabemos capaces de hacerlo.

Felicidades.

(diciembre 2010)